Mucho me costó este año encontrar el momento adecuado para la visita a la “fageda”. Ya el pasado lunes lo intenté pero sin luz. Después, acerté en el pronóstico del tiempo y hoy, a las 10 de la mañana, ya estaba preparado entrando en el precioso bosque. Dos horas más tarde, el sol volvía a ocultarse y la lluvia no tardaría en aparecer, pero yo ya había disparado unas cuantas fotos que podréis contemplar. El año que viene, volveremos a intentarlo.
Sobre las 8 de la mañana comencé mi paseo por Girona en busca de nuevas fotos. Está claro que la próxima vez llevaré el trípode porque las prisas no son buenas, así que mejor volver de vez en cuando e insistir para no perder tantas instantáneas por fallos de enfoque, diafragmas demasiado abiertos, etc.
Por otra parte, a partir de poco más de las 9, la luz se endurece.
Un día más a la espera del cambio de color. Parece que con el cambio de temperaturas ya se empieza a producir. A 5 grados, con mi hijo Toni, iniciamos una nueva ruta. Tendremos que volver dentro de diez días con la esperanza de lograr unas buenas fotos.
En vista de que los colores no acaban de cambiar, me he decidido a buscar, a través del ordenador, cambios en los originales que ofrezcan los efectos esperados. Supongo que en un par de semanas podré fotografiar la Fageda con sus encantos sin tener que imaginarlos.
Confiando en que las aves ya comienzan a reunirse preparando la emigración, nos dirigimos a la búsqueda de buenas fotos. Después de caminar un par de horas sin resultados, iniciamos la retirada.
Próximos a la salida, oímos un sonido conocido: Las cigüeñas machacaban los ajos. (eso decíamos en mi tierra cuando estaban en el nido). Lástima de la hora porque la luz comenzaba ser escasa.
Después de pasar por la Fageda, aún me quedó un poco de tiempo para probar en el lago de Bañolas. No iba preparado para detalles de las aves, así que tendré que volver. Parece que no faltará material para disfrutar un poco.
Una vez más, llegado el otoño, la visita a la Fageda d’en Jordà es obligada. Siempre esperando llegar cuando el color está en su mejor momento. No hay manera; un año por la tramontana que desnuda los árboles, otro por la persistencia del buen tiempo, el caso es que no es fácil coincidir y te tienes que conformar y esperar un año más.
Ahí van una cuantas fotos. He intentado algunos contraluces con desigual fortuna.
Mientras esperaba la llegada de los compañeros para visitar el MEAM, di un paseo por Paseo de Gracia acercándome al Museu Picasso. Comí en el restaurant del Museu y visité la anunciada exposición sobre los “col·lages de Picasso”; decepción total. Se trata de una colección de cromos, cajas de cerillas, postales, etc. que tienen poco que ver con la obra del artista. Menos mal que Picasso siempre merece una visita.
Hoy, ante el temor de que los colores del otoño se esfumaran, me he acercado a la famosa Fageda para, de nuevo, intentar hacer unas buenas fotos. Faena tuve para aparcar; sábado y buen tiempo hicieron que numerosos visitantes lo intentaran también.
Este es el resumen de mi intento…
Con día frío y rachas de fuerte viento, visitamos Tabertet; a su pie el pantano de Sau. y a la izquierda, las aguas del de Susqueda. Paseamos después por Rupit, que ha mejorado su aspecto no permitiendo la entrada de coches, salvo necesidades extremas.
