Sobre las 8 de la mañana comencé mi paseo por Girona en busca de nuevas fotos. Está claro que la próxima vez llevaré el trípode porque las prisas no son buenas, así que mejor volver de vez en cuando e insistir para no perder tantas instantáneas por fallos de enfoque, diafragmas demasiado abiertos, etc.
Por otra parte, a partir de poco más de las 9, la luz se endurece.